Cuando el alma está llena, pero el corazón está vacío

No siempre el desorden se ve. A veces, se siente.

 

Yo no tenía una casa patas arriba. No tenía montañas de platos sucios ni bolsas por todas partes. A veces se acumulaba algo de ropa, sí… pero por fuera, todo parecía bajo control.


Lo que nadie veía…
es que por dentro mi mente era una tormenta.
Silenciosa. Agotadora. Incontrolable.

 

Pensamientos repetidos. Preocupaciones sin forma.

Días donde el cansancio venía sin haber hecho nada realmente pesado.

Y noches donde dormía… pero no descansaba.

Ese era mi verdadero desorden:

el mental.

Y lo había normalizado.

El caos mental es un ladrón silencioso.

 

Te roba la paz, te sabotea los planes, te hace sentir culpable por no avanzar, y luego… te convence de que «así eres tú».
Pero no, mujer.
Ese caos no eres tú.

Ese caos no es parte del diseño de Dios.

La voz del Espíritu Santo no grita.

Pero incomoda con amor.

 

Un día, entre rutinas, listas y horarios bien organizados,
el Espíritu Santo me habló con una claridad que no venía de ninguna agenda:

“Puedes tener el clóset en orden, la casa limpia, la agenda llena…
pero si tu mente está saturada y tu espíritu en silencio…
no estás viviendo en mi orden.”

 Wow. Me quebré.

Porque era verdad.
Estaba sobreviviendo en medio del caos interno,
mientras por fuera todo parecía “normal”.

 

No ignores el ruido interno solo porque afuera todo se ve bien.

 

Lamentaciones 3:40 dice:

“Examinemos nuestros caminos…”

Y eso no es para culparte.
Es para despertarte.

Dios no te revela el caos para juzgarte,
sino para sembrar algo nuevo donde tú ya solo ves cansancio.

💡 Reto práctico: Silencio con propósito

Esta semana, reserva 10 minutos diarios solo para esto: 

Escuchar.
Sin celular. Sin música. Sin lista de tareas.
Solo tú, una hoja en blanco, y la voz de Dios.

Hazte estas 3 preguntas:

  1. ¿Qué pensamiento me roba más energía últimamente?

  2. ¿Qué me dice Dios respecto a esto?

  3. ¿Estoy viviendo enfocada… o simplemente cargada?

 

será como limpiar tu mente.

 

Y donde hay claridad, Dios puede sembrar orden.

🙏 Oración:

 

Señor, tú ves más allá de mi apariencia. Tú conoces el ruido que habita en mi mente. Hoy no vengo a organizar mis cosas, vengo a organizar mi interior contigo. Hazme sensible a tu voz y obediente a tu dirección. Haz silencio en mi alma para que pueda escucharte florecer en mí.


Amén.

✨ *El verdadero desorden no siempre

se ve.

Pero cuando lo entregas a Dios, Él lo convierte en propósito.*
Cuando obedeces, floreces.
Yelitza Iriarte
Author: Yelitza Iriarte